Crónica de Nuestra Semana Santa por nuestro Director "Benjamin Monje Brenes"



Nuestra Semana Santa, 2014

Llegó el sábado 12 de abril de 2014, Sábado de Pasión. Pasión, lo que ponemos cada vez que pisamos nuestra Sanlúcar de Barrameda; y Pasión, lo que recibimos a cambio en esta nuestra segunda casa. En esta tierra querida de buenos vinos y buena comida no existe una Semana Santa menos exquisita, por lo que poner nuestra música en esta localidad en la Semana Grande es para nosotros un orgullo. Nos estrenábamos con la Agrupación Parroquial de la Sed, que salía por primera vez en procesión y además lo hacía desde San Diego, sede de “nuestra” Hermandad del Huerto.
El Sol radiaba en la fachada de San Diego y el portentoso crucificado de la Sed en su portentoso paso de 10 trabajaderas hizo su primera salida en Sábado de Pasión.
Tras la Marcha Real no pudo sonar otra cosa que “Nuestra Oración de Esperanza”, dedicada a la Hermandad del Huerto, cuyos Titulares, ya en sus pasos, contaban las horas que restaban para su salida al día siguiente. El Cristo de la Sed, ya en la calle, recorrió  el barrio alto de la localidad hasta llegar a la Puerta de Jerez con la caída de la noche, donde se saludó a la Hermandad de la Borriquita con “Soledad de San Pablo”.
El Cristo de la Sed se adentraba en la calle Jerez y sonó por primera vez en nuestra Semana Santa la marcha “Elohim”, de Jorge Águila, un poco antes de llegar a la Parroquia Mayor de la O, sede canónica de esta asociación parroquial que acompañábamos. Tras los momentos emotivos que allí se vivieron, el Cristo de la Sed encaró la calle Luis de Eguilaz para vislumbrar al fondo la maravillosa estampa que el Castillo nos regala cada noche. Y tras él de nuevo San Diego, donde el pueblo se agrupaba para ver cómo, a eso de las 23:00, el Cristo de Sed se recogía en San Diego al compás de Elohim.


Acabó el Sábado de Pasión y comenzaba el Domingo de Ramos. De nuevo Sanlúcar de Barrameda. Un año más, y ya van Nueve. Tras Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, ya van 9 con “Nuestra Segunda Hermandad”. El vínculo con esta Hermandad es inmenso. Tanto que no hay músico en nuestra Banda que no conciba el binomio Huerto de Sanlúcar-Vera Cruz de Utrera. Un binomio que también está institucionalizado en la Hermanad y en el pueblo de Sanlúcar y así nos lo hace sentir este bendito pueblo mediante sus muestras de afecto y reconocimiento. 
Conocemos el recorrido como si fuese nuestro pueblo y ello hace que la compenetración sea máxima. Muy emotiva la salida con otro estreno de Semana Santa. Tras “Requiem”, sonó “Una Oración por la Cava”, de Fran Calle, nueva marcha propia de la Banda dedicada a esta Hermandad. Indescriptible nuestro recorrido con la Hermandad del Huerto. 

Especial cada momento. Pero si algo de este día quedará en la retina y en la memoria de nuestros músicos para el resto de sus vidas, será la revirá en Bretones-Torno con la marcha Elohim. El pasó hizo la levantá al cielo y, sin tambor, la marcha comenzó a sonar. De ahí a la estruendosa ovación que sonó al final de la marcha, no se puede describir nada. Solo quien vivió aquello puede comprender lo que ocurrió. Aún algunos músicos con lágrimas en los ojos de aquél momento, hacíamos con “Triana” la revirá tras la cual el misterio del Huerto enfila la Carrera Oficial. Y al final, El Carril. Otro momentazo de nuestra Semana Santa. Una escalada que termina en la Cava del hermoso Castillo. Al fondo ya se vislumbra la muchedumbre que se agolpa en las puertas de San Diego, pero el Señor aún tiene que bordear el majestuoso castillo. Momento especial éste para muchos músicos de la Banda, que termina en la Iglesia de San Diego. Una recogida con “Al cielo con el rey de Triana” y “Una Oración por la Cava” puso el broche a este maravilloso Domingo de Ramos.

Y el Lunes Santo a la Tacita de Plata, a su barrio de la Viña, a la calle Virgen de La Palma. ¡Cuánto ha ganado esta Banda con este Lunes Santo! Es el Cristo de la Misericordia, es su barrio de la Viña, es su gente, sus calles,… es todo ello lo que nos fascina, lo que ya nos enamoró el año pasado en nuestro primer Lunes Santo y este año nos ha cautivado por completo.
 Recorrer el corazón de Cádiz, el corazón de Andalucía, tras el Santísimo Cristo de la Misericordia es uno de los mayores privilegios que esta Banda ha tenido en sus más de 33 años de vida. Calles estrechas en las que parece no caber la Banda… pero el paso sí entra. El paso sí entra y se pierde entre revirás cada cual más bella.
Un laberinto de calles estrechas y preciosas que nos llevan a la grandiosa Catedral de Cádiz, donde este año sonó “¡Ahí Queó!” y “¡Al cielo con el Rey de Triana!”.
Y tras la amplitud de la Plaza de la Catedral a las orillas del mar, de nuevo nos adentramos en ese maravilloso laberinto de callejuelas: Compañía, Montañés, San José,… En este recorrido sonó “Calle Preciosa”, que bien podría haber estado dedicada a cualquier parte del recorrido de esta Hermandad. Pero el tiempo se detiene cuando volvemos a su barrio.
La Viña lo vio regresar esta vez por el Corralón de los Carros y San Félix. Desde ahí y hasta la recogida, el barrio llevó en volandas a la cofradía. La Banda, pletórica, se sentía una gaditana más. El buen hacer de los saeteros de la Viña se intercalaba con marchas de repertorio trianero. “El Embrujo de Triana”, “María Santísima del Rocío”… Y para terminar “Abrazado a Triana”, que también sonó en la salida. La Cruz se volvió a Inclinar para que el pueblo observara el bello rostro del Santísimo Cristo de la Misericordia antes de que entrara en su casa hasta el próximo Lunes Santo.

Tras un Martes Santo de descanso, volvimos a la provincia de Cádiz, esta vez a Jerez de la Frontera. Nos estrenábamos en el día grande de esta localidad en la Hermandad de la Amargura. A diferencia del año pasado, este año las inclemencias meteorológicas no acecharon y muchos músicos de la Banda pudieron disfrutar de su primera estación de penitencia en Jerez.
 Y además tras uno de los portentos de la ciudad, el misterio de la Flagelación. En la salida escuchábamos “Nuestro Padre Jesús” interpretada de manera magnífica por la Banda de Música Julián Cerdán, de Sanlúcar de Barrameda. Y tras ellos, llegaba nuestro turno: “Silencio Blanco”, “Santa Cruz” y “El Desprecio de Herodes” sonaron enlazadas dejando al paso enfilado en la calle Medina.
 Mucho encanto por calle Naranjas, Antona de Dios,… por donde el misterio de la flagelación iba derrochando sobriedad a la vez que elegancia con su andar poderoso. Al caer la tarde entramos en Carrera Oficial con varias marchas de repertorio propio “Al compás del Altozano”, “Clemencia” y “Tus lágrimas Nazarenas”. Carrera Oficial que llama la atención por su larga distancia, en la que dio lugar a tocar unas 20 marchas, hasta que sonó la Marcha Real con la Banda en la calle Visitación observando en intimidad cómo el misterio se adentraba en la monumental Catedral jerezana. A la salida, más repertorio sobrio: “Santa Cruz”, “Soledad de San Pablo”,… Y de ahí al punto clave, Plaza de las Angustias. Momento único, de cofrade de ley, el que agota hasta el último minuto en la calle para ver cada cofradía en su punto clave. Momento de recogimiento, oscuridad en la Plaza de las Angustias y silencio sepulcral del público. Dos revirás y tres marchas: “Santa Cruz”, “El Desprecio de Herodes” y “La Pasión”, sonaron antes de que el misterio se alejara por la calle Santísima Trinidad al son de palilleras sigilosas que dejaban el protagonismo a María Santísima de la Amargura. Y Finalmente, el regreso a la calle Medina donde sonó “Abrazado a Triana”, “Elohim”, “Triana” y “Enmanuell” antes de que, solo por este año, dijéramos adiós.

El Jueves por la mañana cogíamos fuerzas para nuestra maratón particular, la cual comenzaba en Gerena. Grandes lazos también los que hemos entablado con nuestra querida Hermandad de la vera Cruz de esta Sevillana localidad. Este, nuestro octavo año acompañando al Santísimo Cristo de la Vera Cruz y durante este tiempo, han sido muchas las experiencias vividas entre ambas corporaciones.
Relación que se muestra también en el repertorio propio de la Banda a través de las marcha “Coge tu Cruz y sígueme” de Benjamín Monje, que sonó en la calle Cristo de la Vera Cruz tras una salida con “Soledad de San Pablo” y “La Amargura”. 
Tras callejear por las inmediaciones de la capilla, donde la cuadrilla da un recital de revirás sin igual, la cofradía llega a la Carrera Oficial con la noche bien fraguada.
La levantá en el palquillo a pulso comenzó con “Clemencia” y “Medea” y el paso enfiló la calle Virgen del Rosario con la marcha “¡A esta es!”
 Clave en este recorrido es también el regreso a la calle Cristo de la Vera Cruz, donde la cofradía echa el resto y la Banda lo hace con ella. Marchas tras marchas sonaron; varias de repertorio propio hasta que el paso, ya enclavado en la estrechez cercana a su capilla, hizo la última revirá con “El Desprecio de Herodes” y “Requiem”. Inconmensurable la cantidad de halagos y muestras de cariño que nuestra Banda recibe en este pueblo de Gerena, pero hay que rendirse a la ovación que el público presente en la recogida de la cofradía dedica a la Banda cada vez que el Santísimo Cristo de la Vera Cruz entra en la capilla. Gracias, Gerena. 

Y sin solución de continuidad, rápidos para el autobús y a descansar escasas 2 horas antes de que se abran las puertas de San Bartolomé a las 7 de la mañana del Viernes Santo.
El pueblo, tras rezarle en su altar durante el año entero, espera al Señor en la calle. Tras llegar en ordinario y colocada ante la impresionante puerta de la capilla de San Bartolomé, la Banda palpa la devoción que el pueblo profesa a este Venerado Titular. Silencio absoluto cuando se oye el martillo antes de la primera levantá.
Y el maravilloso paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Utrera asoma por la puerta. Se vislumbran los candelabros fusionados con faroles de plata que sostiene un canasto imponente al que no le falta, ni le sobran detalles pasionales. Y tras la Marcha real, cómo no podría ser de otra forma “Cristo del Amor” y “Madrugá Nazarena”. La primera dedicada al titular de la vecina Hermandad de los estudiantes y la segunda al Señor. “Santa Cruz” redondeó una salida esplendida de Nuestro Padre Jesús. Y con los primeros rayos de Sol, el paso llegaba a Fray Cipriano.
Punto clave, donde la cuadrilla hace La Chicotá, con mayúsculas. Alza el Titular al cielo en la misma calle Fray Cipriano y escala toda la antigua calle “Santa Brígida”. Este momento es clave en Nuestra Semana Santa y, particularmente este año, ha sido muy emotivo; indescriptible una vez más para muchos de nosotros. La Cofradía comenzaba su andadura por el barrio de Santa María y tras ello, Santiago, el Altozano, calle “Finita”,… Y llegamos al Ayuntamiento con 2 marchas para este titular: su himno, “Madrugá Nazarena” y “Jesús Nazareno de Utrera”.

Al variar en el Arroyo hacia calle Sevilla se respiró otro momento intenso, pues el Señor pasó en absoluto silencio por la puerta del Hermano, D. Joaquín López Gómez, destacado Mayordomo que fue de esta querida Hermandad durante muchos años fallecido en este 2014. Bien entrada la mañana y con un Sol esplendoroso, llegábamos al final de la Corredera, donde sonó “Réquiem”, “Silencio Blanco” y “Santa Cruz”. Y al final de la fuente vieja, por fin estrenábamos la nueva Carrera Oficial de Utrera. Un enclave único, la Plaza del Altozano que es el centro de una Semana única, nuestra Semana Santa. Las marchas, “Triana”, “Madrugá Nazarena” y “La Pasión”, sonaron en el discurrir del Señor por la Carrera Oficial, quedando el paso encarando la Capilla de San Francisco, donde se tocó, como no podía ser de otra manera, “Cristo del Altozano” y “Virgen de los Dolores”. De allí nos marchamos con “Medea”, adentrándonos en la multitudinaria calle “ancha” hasta que el paso asomó de nuevo por su calle, por la Vereda. “Conversión del Buen Ladrón” y “Al cielo con el Rey de Triana” sonaron antes de que el Señor oyera por última vez en este año Su Marcha, Su Himno, “Madrugá Nazarena”. Y el pueblo le dijo hasta pronto y le dio las gracias por permitir que este año por fin lo pudieran ver en la calle.

Tras algunas horas de descanso, de nuevo con el traje puesto rumbo a San Francisco. Este año, sí. Este año por fin nos respetaba el tiempo. Un Altozano atestado esperaba la salida de Nuestra Hermandad, esa que nos alienta día a día. La que aporta su apoyo personal y material al desarrollo de esta Banda. La que lucha día a día durante todo un año codo con codo para que en este día se nos encoja el alma. Y así teníamos el alma antes de salir.
Compañeros que se emocionaban al oír la primera llamada de nuestro Jesús Moriel. Concentración máxima, nervios,… y se ve el Porta. El romano roza el dintel con la pluma y por fin la Banda empieza a tocarle a su Cristo. Una salida con enlaces de algunas marchas dejó el paso arriado encarando la calle de las mujeres. Y posteriormente sonó “María Santísima del Roció”. De ahí a la calle Preciosa. Palilleras, sigilo, concentración,… Y al final, una levantá y la música empieza a sonar. “A tus pies caído” y “Al compás del Altozano”. “A tu corazón cofrade”. Y con “Triana”, ya estábamos a los pies de Santa María de la Mesa.
Tras recorrer el barrio de Santa María llegamos a la calle La Plaza, lugar clave de la cofradía donde sonó “Una Oración por la Cava” y “¡A esta es!”. Un recorrido especial como el de cada año con Nuestra Hermandad, pero más si cabe este año por la proximidad de la recogida a la nueva Carrera Oficial. El final se hacía esperar, pero prometía. Fue retraso pero muy intenso. Tres poderosas chicotás de nuestra cuadrilla separaban el trébol del interior de San Francisco. Con la primera, “La Amargura” y “Elohim” colocaron el paso en el palco de autoridades. Y se marchó con otra portentosa chicotá de 3 marchas “Nuestra Oración de Esperanza”, “La Pasión” y “Al compás del Altozano”, colocando el paso enfrentado con su puerta.
Para finalizar saboreamos por última vez “Clemencia” de Javier Rivero, estreno de gran éxito en esta Semana Santa. Y el Señor del Altozano entró en su casa seguido de su banda. Y entonces comenzó todo de nuevo. Recuerdos de todo un año de trabajo, emociones que ya no se contenían, lágrimas por la emoción, orgullo por un gran trabajo realizado, abrazos,…
Unión. Cuadrilla-Banda-Hermandad. Un todo muy grande para nosotros.
Acababa nuestra maratón, pero la Semana continuaba con el Sábado Santo. De nuevo con nuestra Hermandad. Por fin un nuevo Sábado Santo con Nuestra Hermandad. Cambio de chip. Si 24 horas antes habíamos desplegado nuestro repertorio más alegre y poderoso, ahora tocaba recogimiento. Oración en silencio al compás único de un tambor destemplado, y el bombo, que hacía de batuta de director, indicaba la entrada simultánea de todos nuestros metales. Alberto Escámez, Pascual Zueco Ramos, Ramón Montoya y otros grandes autores del repertorio clásico del estilo brillaron en la tarde noche del Sábado Santo utrerano. Algunas pinceladas de modernidad hubo en nuestros sones, pero siempre desde la seriedad y la sobriedad: “Requiem”, “El Desprecio de Herodes”, “Cristo del Altozano” y “Santa Cruz” ayudaron a perfilar un repertorio austero y muy apropiado para la ocasión.


Y Llegó el último día: Domingo de Resurrección. Aún nos quedaban fuerzas para dar más en Rute, un nuevo estreno en Nuestra Semana Santa: Nuestro Padre Jesús Resucitado. Pero el tiempo no acompañó. No pudo hacerse completa esta Semana Santa que tanto prometía con sus tardes calurosas. Pero en la noche del Sábado Santo, todo se tornó en contra y desgraciadamente no pudimos realizar nuestra última Estación de Penitencia. No obstante, músicos, costaleros y demás hermanos de la Hermandad pudimos vivir un extracto de la que podría haber sido una gran estación de penitencia. En el interior de la Parroquia de Santa Catalina Mártir, pudimos interpretar algunas marchas para poner algo de buena cara al mal tiempo. Pero sin duda, si el año que viene tenemos una nueva oportunidad para ello, por supuesto que nos quitaremos esta espinita por completo.